sábado, 18 de abril de 2015

Reseña: La casa de los mil pasillos

Información:

Título: La casa de los mil pasillos
Autor: Diana Wynne Jones
Editorial: Nocturna Ediciones
Saga: La trilogía de Howl #3
Páginas: 328
Link: La casa de los mil pasillos_ Howl #3

Leído en: PDF

Sinopsis:
La vida de la joven Charmain Baker es, esencialmente, respetable. Sus días transcurren con una calma que sólo se ve alterada por las aventuras de los libros de los que apenas saca la nariz. Y entonces, un día, su tía Sempronia le anuncia que ha de ir a cuidar la casa de su tío (un tal William que, por lo visto, es mago) mientras él está fuera.

Charmain, emocionada por hallarse al fin ante su propia aventura, parte de inmediato. Pero cuando llega a la casa, se topa con un laberinto de habitaciones extrañas a las que se accede según unas instrucciones mágicas muy precisas. Hay elfos, jardineros de color azul, comidas que se sirven solas, libros de hechizos para aprender a volar y, en fin, todo lo que puede haber en la casa de un mago. Pero también hay pilas y pilas de platos sucios, encantamientos que salen mal y un joven aprendiz de carácter despistado que afirma venir en busca del mago William. 

OPINIÓN PERSONAL:


Ni bien terminé de leerlo me entraron ganas de aprender ganas magia y emprender viajes sorprendentes pero lamentablemente no se puede. Se profundiza más en este libro que en los anteriores la hechicería y la lectura no te da un respiro. Entre este y el primero no se cual me gustó más (a mi parecer el segundo es bueno pero no tan bueno) y por poco caigo en una profunda depresión post-lectura cuando se terminó.
Se narra la historia de Charmain Baker, hija de una respetable familia y por lo tanto su respetable madre no la deja acercarse siquiera un ápice a la cocina, la lavandería ni mucho menos aprender magia. Por ello en cuanto llega la tía Sempronia a recogerla para cuidar la casa del tío abuelo William se encuentra bastante perdida respecto a lo que hay que hacer para limpiar y cuidar de una casa sin contar que se esperaba que ella tuviese conocimientos básicos de hechicería. En el momento en que llega y conoce a un muy enfermo tío abuelo William se da cuenta del desastre que tiene por casa en el cual parece haber montañas de bolsas con ropa sucia, la cocina no tiene grifos, no se encuentra comida en ninguna parte, está muy sucio, y las puertas tienen que abrirse de una manera específica para llegar al lugar correcto. No vaya a ser que confunda la derecha con la izquierda y terminé en el prado del lubbock.
Pero las cosas mejoran gracias a los mensajes de voz (literalmente de voz, Charmain pregunta algo y la voz de su tío le responde) que el tío abuelo William deja para guiar mejor a la inexperta joven.  Luego llega Peter, hijo de la bruja de Montalbino, un inquieto joven que iba para ser aprendiz del mago y no puede estarse un momento solo sin hacer un hechizo, que resultan ser fallidos en su mayoría, pero gracias a él Charmain consigue aprender nuevas cosas como lavar los platos y hacer la colada sin mezclar la ropa de color con la ropa blanca.
Luego está Waif el pequeño perro mágico del tío abuelo William, que misteriosamente se convierte en perrita cuando llega Charmain, es bastante mona como se repite varias veces y es muy lista. Es la perrita más glotona que he leído y es muy muy simpática.
Ya más al final aparecen Sophie, Howl, Morgan y Calcifer que han sido llamados por el rey para desentrañar la misteriosa desaparición del oro que los ha dejado en bancarrota y por ello la mansión real ofrece un aspecto mísero en comparación con su anterior estado. Cuando descubran que ha pasado con su fortuna también revelaran algunas verdades de familia relacionadas con increíbles criaturas mágicas y que no todas son agradables. Por ejemplo: (pag 44)

Volumen 7, Potentes

Lubbock: criatura, afortunadamente, rara. Los lubbocks son insectos de color violáceo y de cualquier tamaño, entre un saltamontes y mayor que un humano. Son muy peligrosos, aunque actualmente, por suerte, sólo se encuentran en zonas salvajes o deshabitadas.
Los lubbocks atacan a cualquier ser humano que ven, ya sea con sus apéndices en forma de pinza o con su formidable probóscide. Durante diez meses al año se limitan a trocear humanos para comérselos, pero durante los meses de julio y agosto llega la temporada de apareamiento y, entonces, son especialmente peligrosos; durante esos meses, están al acecho de humanos viajeros y, cuando capturan uno, ponen en él sus huevos (…)

Lubbockin: descendencia de un LUBBOCK y una hembra humana. Estas criaturas suelen tener la apariencia de un bebé humano, excepto porque siempre tienen los ojos color violeta. Algunos tienen la piel violeta, y unos pocos pueden llegar incluso a nacer con alas vestigiales.

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